jueves, 29 de julio de 2010

Demasido tiempo sin Club



Corría el invierno de 2004. El invierno de aquel año fue duro, nevó mucho y llovió, haciendo de las calles lugares fríos y húmedos. En las aceras la nieve sucia, gris, se amontonaba. La gente caminaba deprisa hacia sus quehaceres o sus casas, sin saber, que una pequeña tragedia, de esas que en el panorama general no tienen repercusión, pero que a un nivel muy intimo para unas cuantas personas, se estaba desarrollando en un pequeño local multiusos de un ayuntamiento de la sierra de Madrid, más concretamente, en la localidad de Collado Villalba.

El club de Rol la Forja agonizaba.

Olvidado y abandonado por sus miembros, este pequeño lugar de recreo que durante varios años dio entretenimiento, aventuras y emoción a sus socios, se hallaba en su peor momento. Casi nadie acudía ya a aventurarse entre sus muros. Ya ni siquiera era una sombra de lo que fue.
Fue durante ese duro invierno, una triste mañana de sábado, cuando dos de sus miembros, sentados en feas sillas de instituto, frente a unos muy usados manuales de Dragones y Mazmorras, comentando con resacosa voz y legañosos ojos las incidencias de la anterior noche de cachondeo, certificaron la muerte del Club .

No más Forja, dijeron a los empleados municipales. Nadie se interesa, dijeron. Ya vendremos a por el armario de los libros.

(Ahora, pensar en cualquier recurso cinematográfico que se use normalmente para representar el paso del tiempo, desde hojas de calendarios cayendo muy deprisa a un sol corriendo por el cielo una y otra vez, seguido de cerca por una luna menguante y creciente)

6 años después, sigue habiendo rol en Villalba, pero los jugadores que lo practican notan que falta algo. Si, hay partidas ( cada vez menos, cada vez mas separadas en el tiempo) y sobre todo hay muchas ganas de jugar.
Y es que cuando uno ha liberado al mundo de dragones, liches y orcos mas veces de las que puede contar con los dedos es difícil que abandone esa vida. Muchas veces, los jugadores han comentado, entre ellos y frente a varios botellines de cerveza vacíos que habría que abrir de nuevo la forja. Todos ríen, levantan la vista y dicen que seria grandioso. Después bajan la mirada, se miran entre ellos y un pensamiento no verbalizado flota sobre ellos: es un sueño irrealizable.

Y así, mes tras mes, año tras año, la quimera de montar una asociación cae en el lugar reservado para los proyectos a realizar “cuando se den las circunstancias adecuadas”.

Sin embargo, la idea no muere. Crece y se planta en la mente de muchos de ellos.


Hace tan solo unos días, ocurrió algo que puede hacer que la idea de un nuevo club deje de ser una quimera. En la localidad se abre una tienda para el fandom, la Tienda del Orco. Los mismos dos roleros que aquella mañana de invierno, 6 años atrás, certificaron la muerte de su Club, están fumando un pitillo en la puerta del centro comercial donde se halla la tienda, y como no, la idea de formar un club sale a la luz.
Pero esta vez es diferente, se dicen. No tenemos porque ser ambiciosos, no hay porque pensar en dominar el mundo ( sic), simplemente en montar un sitio donde poder jugar. Donde conozcamos a nuevos jugadores, donde conozcamos nuevos juegos , nuevos masters.
Los dueños de la Tienda del orco, buenos amigos, hablan de montar cosas, eventos, jornadas, Batallas de Warhammer, partidas de Magic. Están ilusionados.

Al igual que uno de los dos roleros.

Se va a casa y se pone a mirar su colección de manuales. Enciende un pitillo, arranca el Freehand y escribe lo primero que se le pasa por la cabeza al pensar en Rol.

Escribe El Dungeon.

Y así empieza todo amigos míos. Llevamos mucho tiempo sin un lugar al que llamar nuestro. La vida nos ha llevado por distintos caminos, nos ha dado responsabilidades y otras cosas que hacer, pero en el fondo seguimos queriendo ir a saquear mazmorras, queremos dirigir ejércitos, ser vampiros inmortales, rabiosos hombres lobos, poderosos magos…. Seguimos oyendo la llamada de la aventura.
Así que en los próximos días, lo haremos bien. Vamos ha montar una asociación, vamos a conseguir un lugar y vamos a conocer a nuevos talentos, vamos a montar un nuevo club.

Bienvenidos al Dungeon, que espero sea nuestro lugar de recreo durante mucho tiempo.

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